En diciembre de 2018 traté a Óscar (nombre ficticio), un hombre de 28 años que se encontraba angustiado por una serie de síntomas asociados a la finasterida, medicamento que tomaba desde hacía 12 meses para la alopecia, por prescripción de su dermatólogo . Había suspendido el tratamiento 10 meses antes, pero persistían síntomas que afectaban su calidad de vida: disminución de la libido, depresión y disociación “entre el cerebro y los genitales”… Desde diciembre de 2018 hasta ahora he tratado a unos 50 jóvenes de toda España que han estado tomando finasterida por alopecia y cuyos síntomas persisten en el ámbito físico, sexual y psicológico.
—Post-Finasteride Syndrome: An Endocrinologist’s View Endocrinologist and Pediatrician: August 2022