El ha pasado de tener algo de esperanza a estar muy amargado, enojado e insensible hacia todo y hacia todos.
Soy madre de un hijo con PFS. Tiene 43 años y es soltero. Es un oficial del JAG de la Marina estacionado en California. En septiembre pasado comenzó a tomar Propecia y lo tomó durante 52 días antes de que su médico le informará sobre sus efectos secundarios. En el último año ha experimentado impotencia, deformidad, depresión y cree que su cerebro se ha visto afectado. Ha pasado de tener algo de esperanza a estar muy amargado, enojado e insensible hacia todo y hacia todos, incluida su familia. Se niega a recibir ayuda psicológica y ya casi ni nos habla, porque no quiere escucharlo. Se niega a volver a casa nunca más. No sabemos qué hacer para apoyarlo y evitar que se desvincule de la familia.